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viernes, 20 de mayo de 2011

Perder la virginidad a los 12


Perder la virginidad a los 12

"Eres hermosa", dice. Yo no estaba seguro de que me quería decir, que ves nunca me consideré una chica hermosa. Yo era larga y flaca, mi cabello era rojo, no tenía las caderas y las piernas largas y flacas, yo era un patito feo. Estaba constantemente dicho esto para que lo cree. Sin embargo, él parecía tan seguro de lo que estaba diciendo, como si él me conocía mejor que yo misma. Yo no podía responder a él, yo no sabía lo que estaba diciendo y yo era demasiado timida y me me reía y decir que estoy bromeando, que realmente son feos. No importa dónde me fui yo había corrido con él, él me miraba y la sonrisa de un tipo muy agradable.
Era un sábado por la mañana muy caliente, cuando mi abuela me lanzó al mercado. Después de estar parada durante unos quince minutos pude sentir el sudor corriendo por la parte de atrás de mi camisa, alrededor de mis piernas y el cuello. Quería un lugar fresco para sentarse mientras esperaba en el calor. No mucho tiempo después de notar el calor y mi deseo de sentarse en algún lugar escuché un coche que se acercaba, se detuvo, y que Yo estaba pensando lo agradecida que estaba de que él llegó cuando el preguntó a dónde iba. Yo no tenía miedo de él porque era mi primo, bien conocido por la familia y me había llevado con él en su coche antes muchas veces.
Cuando llegamos a la ciudad, me dijo: "Tengo que ir a la casa un minuto, y luego te llevaré al mercado si esperas por mí"? conscientes de lo que iba a pasar le dije que sí. Rodó el coche lentamente en el patio y se estacionó, me dijo que debería venir dentro porque hacia demasiado calor para esperar fuera. Lo seguí a la casa cuando dijo que "ven  arriba" Yo no quería subir, pero en este momento sospecho que hice mi decisión un poco tarde. Él me llevó arriba y me violó. Cuando  termino se comportó como si yo hubiera consentido en tener relaciones sexuales con él. Fingió no darse cuenta de lo sangriento que las sábanas estaban, nunca me di cuenta de mis lágrimas ni que escuchar mis súplicas para llevarme a casa.

A los doce años de edad que nunca había estado en esta situación antes y no sabía qué hacer. Como ya se puso de pie para vestirme  le oí decir "eres tan bella, me voy a comprar un traje de baño para que podamos ir a la playa." Tiene 39 años más tarde y todavía no puedo explicar cómo llegué a casa de la casa de mi primo que calurosa tarde de sábado. No puedo describir lo que el modo de transporte que me llevó de vuelta al pueblo, ese día. Yo no dije nada a nadie, durante dos semanas, no podía, no sabía qué decir. Yo sé que nunca llegó al mercado, mi ropa estaba arrugada y sucia y me dolía todo el cuerpo. Yo sé que sentí avergonzada y confundida, e indigno. Me pasé el resto de la noche en los arbustos miedo de ser visto por nadie, me perdí la cena, y espero que nadie vendría a buscarme. Me bañé tres o cuatro veces esa noche tratando de limpiar. Yo en silencio se metió en la casa tarde esa noche cuando me acosté en el suelo, pensando que si me dormía al lado de mi hermana, yo la contaminan.
Nunca nadie me preguntó acerca de ese día, mi abuela nunca me preguntó por qué volvió sin los comestibles, que acaba de enviar a mi hermana en su lugar. Por supuesto, nunca he hablado de eso porque yo sabía que era mi culpa. No pude evitar mi primo después de ese día, pasó por mi casa todos los días, mañana y tarde a entregar el correo. Él dijo que no estaba enojado conmigo por lo que había sucedido, así que no había razón para que se molesta tampoco. Aprendí a tragarme mis sentimientos y seguir con vida, después de todo solo era  una niña de doce años de edad, que necesitaba para crecer, y hacerlo muy rápido, así que lo hice.

He aprendido a mantener mis sentimientos dentro de mí desde hace muchos años. Cuando no podía mantenerlos en el interior más, que explotó. Me convertí en rebelde, enojada y deliberada. Durante muchos años he odiado a mi madre por no estar cerca para que me proteja de ser abusados ​​por un familiar. Me molestaba mi abuela, porque parecía que ella no le importaba lo que me había pasado ese día. La mayor parte de todo lo que yo odiaba a los sobre todo porque durante tantos años no podía expresarse sin romper a llorar, y, todavía no he podido decir lo que me había pasado. Mi dolor fue la culpa, me sentí estúpida por permitir que esto suceda a mí.

Por lo tanto, me invadió como una chica joven, por lo tanto mi primera vez no fue una espléndida ocasión. En ese momento yo no era consciente de que la violación era un crimen, la vergüenza no obstante se adjuntó a la víctima y no el autor. Hoy estamos más abiertos al respecto, todo el mundo sabe que no hay nada orgullosa trata de obligar a una persona contra su voluntad. Los niños no piden ser violadas, los violadores son criminales y deben ser castigados. Me alegro por la liberación, yo no podría escribir esta obra si no fuera por la sangre de Jesús. Agradezco hoy que he llegado hasta aquí donde libremente se puede hablar de mi experiencia sin ira o el dolor. Volví a casa en 1997 para enterrar a mi padre y de perdonar al que me víctima, que fue reivindicado cuando lo dejé ir. Dos años más tarde murió de un tumor cerebral, en ese momento yo era capaz de decirle a mi familia lo que había pasado a mí hace tantos años. Mi madre y yo somos amigos hoy y tenemos una relación maravillosa. Años más tarde tuve la oportunidad de disfrutar del sexo y tienen una gran experiencia con la que yo amo.